Mary Flora Bell, fue conocida por los medios como la “niña asesina”, por haber matado a dos niños de cuatro y tres años de edad. Mary tenía diez años. Hija de Betty Bell, una prostituta que abusaba de ella psicológicamente y la obligaba a participar en actos sexuales con hombres desde temprana edad...
“Yo no quería a mi hija, varias veces la traté de matar, poniéndole drogas revueltas con sus dulces, causándole sobredosis, también la usé como juguete sexual con algunos de mis clientes desde que tenía un año de edad” – Betty Bell
En 1968, un día antes de cumplir 11 años, Mary Bell estrangula a un niño de 4 años llamado Martin Brown, en una casa abandonada, y deja una nota responsabilizándose de la muerte y amenazando con volver. La policía halló el cuerpo pero pensó que la nota se trataba de una infantil broma de mal gusto. Un par de meses después, el 31 de julio, Mary y su amiga Norma (de 13 años) cometieron un segundo asesinato por estrangulación, esta vez a un niño de 3 años llamado Brian Howe. Mary volvió al lugar del crimen con una navaja y escribió la letra “M” en el estómago del niño.
En pocos días las investigaciones conectaron los 2 crímenes y ambas niñas fueron detenidas y acusadas de asesinato. El caso era bastante desconcertante pues las declaraciones de Mary asustaban a los policías y los psiquiatras decían que tenía claros síntomas de psicopatía.
“Puse mis manos alrededor de su cuello y lo apreté muy fuerte, el trató de defenderse, pero yo tenía más fuerza que él, no lo solté hasta que vi que ya no se movía, me gustó” … “Me da placer lastimar animales y personas que fueran más débiles que yo, que no se pudieran defender” – Mary Bell
Norma fue absuelta de los cargos. Pero Mary fue el centro de atención de la prensa. Su madre concedió muchas entrevistas, y luego de muchos análisis psicológicos Mary fue sentenciada a “prisión indefinida”, en diciembre de 1968. Una notoria rehabilitación le valió su liberación en 1980, pero para que pueda iniciar una nueva vida, se le otorgó un nuevo nombre.
Mary tuvo una hija en 1984, cuya identidad fue protegida hasta cumplir sus 18 años. Esta hija no supo del pasado de su madre hasta que unos periodistas ubicaron a Mary y la acosaban para dar la cara. Mary pidió en 2003 que le den un definitivo anonimato por el resto de su vida para poder vivir en paz con su hija y su futura nieta, la Corte Suprema se lo concedió.
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. Fuente: http://historiaextravagante.com/